BLOG DE VIAJES 17

De Frankfurt a Dresde

Recorrida por el norte de Alemania

CARACTERISTICAS Es una de las zonas más preciosas de Alemania. Caminos muy transitados. Ciudades pequeñas y muy turísticas. Cultura seria y rigurosa. Paisajes inolvidables de baja montaña.

HISTORIA Arquitectura tradicional alpina. Ciudades y paisajes de las Guerras Mundiales. Arte renacentista y barroco.

CLIMA Ideal todo en otoño y primavera o verano. Desaconsejable durante el invierno por sus bajas temperaturas.

COMIDAS TÍPICAS Quesos y embutidos en todas las variedades. Vinos blancos y tintos. Cervezas de todas las variedades. Carne de cerdo y aves. Racletes y fondiú. Pastelería exquisita. Chocolatería y golosinas

RECOMENDACIONES Mucha dificultad con el idioma. En cada localidad, visitar la Oficina de Turismo. El GPS es óptimo, pero nada se iguala a los planos a escala. Con el GPS marcar tramos cortos y reprogramar al próximo destino. Escuchar por radio, las estaciones locales, familiarizándose con el idioma. Llevar equipo para picnic. Las paradas en la ruta son necesarias y existen excelentes lugares. Puntualidad absoluta. Orden y limpieza hasta en las carreteras más inhóspitas .Tránsito intenso y muy controlado

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FRANKFURT

Es una de las ciudades que mejor combinan la historia y la modernidad. En sus calles, los edificios medievales y los modernos rascacielos se entremezclan. En esta urbe se encuentran decenas de interesantes monumentos donde se lee la historia germana, desde la Edad Media a nuestros días. Sin duda, es uno de los lugares imprescindibles de Alemania, a pesar de haber sido destruida durante la Segunda Guerra Mundial.

Posee entre sus calles la sede del Banco Central Europeo, del Banco Federal de Alemania, la Bolsa de Frankfurt y una gran cantidad de bancos comerciales, lo que la ha convertido en una metrópolis, por su importancia como centro financiero. Esta región concentra en su conjunto aproximadamente cinco millones de habitantes, en la que se destaca una gran proporción de extranjeros, dejando al Aeropuerto de Frankfurt dentro de la lista de los aeropuertos más internacionales del mundo.

La Catedral es uno de los edificios que hay que ver en Frankfurt. En el interior de este templo se elegían y se coronaban a los emperadores del Sacro Imperio Germánico. En su arquitectura se destaca la impresionante torre de 96 metros, que fue hasta los años 50 el edificio más alto de la ciudad.

La plaza Römerberg es maravillosa. Entre los edificios que rodean esta explanada, se destaca el que le da nombre, el Römer. En otros tiempos fue el ayuntamiento de la ciudad. Su peculiar frontal, dividido en tres fachadas puntiagudas, se ha convertido en una de las fotografías más buscadas de la ciudad. Justo enfrente del Römer se encuentra la Fuente de la Justicia, con una de las estatuas más bellas de la ciudad alemana.

En la Alter Oper (Ópera Antigua) se puede admirar su precioso estilo neoclásico y el lujoso interior, con dos salas de conciertos exquisitas, en las que se han estrenado importantes óperas y piezas musicales, como “Carmina Burana” de Carl Off.

A orillas del Meno se contemplan la impactante visión de los enormes rascacielos de Frankfurt, que otorgan a la ciudad uno de los perfiles más espectaculares de Europa. Quizás una de las atalayas más conocidas sea la Torre del Meno, o Maintower. Visto desde fuera parecen dos torres, una cuadrada y otra circular, unidas entre sí. Es el único rascacielos de Frankfurt que tiene un puesto de observación para captar una panorámica espectacular de la ciudad.

Dos veces nos alojamos en la ciudad, recomiendo el “Hotel Maritim” (4 estrellas) ubicado en plena zona newyorquina, la mainhattan y el “Hotel National” (4 estrellas).

Saliendo de Frankfurt, tomar Autopista hacia Mainz y llegar a la localidad de Rudeheim. En su puerto fluvial, ascender al barco para la realización de un viaje por el Río Rhin. Para no regresar por la movilidad, conviene contratar un barco apto para el transporte de autos, de lo contrario se tendrá que prever que algún pasajero haga el trayecto terrestre o tomar un barco ida y vuelta o regresar con la movilidad.

CRUCERO POR EL RHIN

Hay pocos placeres tan intensos como realizar una navegación por el Rhin, cruzando parte de Alemania y a lo largo del recorrido por los hermosos paisajes, ver los más maravillosos castillos y fortalezas que hacen de vigías a ambas orillas del río. Esta porción de trayecto se estima en unos 45 Km y unas tres horas aproximadamente.

Una de las vistas más impresionantes que podrá observar desde un crucero por el Rhin es la conocida “Roca Lorelei” o “Sirena del Rhin”. Se trata de un imponente acantilado de 132 metros que se alza en el recorrido del río, obligándolo a tomar la forma de una sinuosa ‘S’.

Pero, además de esta construcción natural, el cauce del río está poblado de fortificaciones que sirvieron de vivienda, defensas y punto de vigilancia de nobles, como el Castillo de Marksburg, que puede presumir orgullosamente de ser el único que nunca ha sido destruido ni conquistado, el Castillo de Rheinstein y el Castillo de Sooneck, del siglo XIII, una verdadera fortaleza medieval que fue utilizada tanto para defender la zona como lugar de descanso durante las cacerías de los nobles de la zona.

El transcurso del recorrido llevará a una de las poblaciones más emblemáticas de este país, Coblenza. En esta ciudad podrá ver sus numerosas fortificaciones a ambos lados del río y descubrir la “Esquina Alemana”, el punto en el que el río Mosela confluye con el Rhin.

Desde allí, se desciende del barco y se remonta la ruta R49 paralela al Río Mosela, en una ruta muy bonita, cuajada de pequeñas localidades y parque floridos a las orillas del río, con sectores de picnic y juegos infantiles. Llegada a

COCHEM

Rodeada de bosques y viñedos junto a las aguas del rio Mosela se levanta la pequeña y encantadora ciudad de Cochem. Situada en uno de los enclaves más bonitos de la Renania-Palatinado (Alemania) y su conjunto paisajístico. Gran parte de su atractivo se debe al castillo de Reichsburg, antigua fortaleza feudal que se erige en la cima del pueblo sobre una roca escarpada, dominando el paisaje, con sus torres puntiagudas que nos recuerdan al típico castillo de cuento de hadas.

La región del Mosela es la comarca vitivinícola más antigua de Alemania y la más grande de las zonas compuestas por laderas en pendiente, orientadas hacia el sur o el suroeste, ofrecen un excelente microclima a las cepas. Gracias a este microclima, los elegantes vinos minerales Riesling que crecen en sus laderas, se cuentan entre los mejores vinos blancos del mundo.

El castillo de Reichsburg de estilo neogótico se levanta con sus numerosas torres y almenas sobre un precipicio a más de 100m sobre el río Mosela. Los orígenes de Reichsburg se remontan a un castillo feudal, destruido por las tropas francesas del Rey Luis XIV. Permaneció en ruinas hasta 1868, cuando se comenzó a reconstruir con la incorporación de los elementos del estilo gótico tardío que configuran la estructura principal.

Este estilo correspondía a los ideales románticos que estaban muy presentes en la Alemania del siglo XIX. Sus casas de tejados parecen replicarse una y otra vez. Su castillo en lo alto de la colina, sobresale junto al río engalanando todo el valle, un paisaje urbano que se ve meticuloso, colorido, perfectamente conservado. Todo hace pensar que refleja un lugar demasiado intocable, un sitio que parece una maqueta de un espacio idílico y también perfecto.

Recomiendo el “Hotel Alte Thorschenke” (3 estrellas), ubicado en el centro de la ciudad y estilo antiguo. No perderse un buen plato de salchichas con aditivos y un buen vino Riesling del Mosela. En esta ciudad, tener cuidado porque no aceptaban ni tarjetas de Crédito ni de Débitos. Sólo cash.

Saliendo de Cochem, cruzar el río y tomar la ruta R416, en parte paralela al Río Mosela y luego internarse en los bosques renanos hasta llegar a un lugar increíble:

EL CASTILLO DE BURG ELTZ

Perdido entre las montañas de Renania, rodeado de bosques y lejos de carreteras o edificios modernos, esta joya medieval personifica en sus muros y torres, la fantasía de la Edad Media. Ha pertenecido a la casa de Eltz durante más de 800 años y 33 generaciones y mantiene el aspecto que se le dio entre los siglos XII y XIV.

A diferencia de los castillos famosos de Baviera, como el de Neuschwanstein, el Burg Eltz no se construyó como fruto de los ideales románticos de finales del siglo XIX, sino como un verdadero castillo medieval de piedra y madera que sirvió como hogar y fortificación defensiva para una importante familia.

Desde un estacionamiento general, se debe caminar unos 500 metros para llegar a las puertas del castillo y se puede recorrer todo el entorno exterior totalmente gratis. El interior es pago. Verdaderamente un lugar mágico, extrañamente desconocido por el turismo masivo e impecablemente mantenido.

Partiendo de esta maravilla, yendo por rutas secundarias, Alemania cuenta con una gran colección de pueblos que parecen sacados de cuentos y que te transportan a otra época, al caminar entre sus calles, su arquitectura y paisajes.

Dentro de un entorno de montañas y junto al río Mosela, en ese camino, puedes encontrar sitios de encanto, castillos y pueblecitos que merecen la pena visitar, muy cerca de allí se puede llegar a la síntesis de lo expuesto.

MONREAL

Es una pequeña comunidad en el estado de Renania-Palatino, en el valle de Elz. Está coronado en lo alto de una colina por las ruinas de un castillo (también conocido como castillo de Monreal o Phillipsburg). Es un tranquilo y acogedor pueblo de casitas blancas y rojas, que por su aspecto rústico y el río Elzbach que cruza la ciudad, es reconocido a nivel nacional como uno de los pueblos más bonitos de Alemania y denominada "La Perla del Valle de Elz".

Además constituye uno de los mejores ejemplos de villa medieval de Alemania que se ha mantenido y conservado en un magnífico estado. Monreal fue un lugar prospero e importante, históricamente. Huella de este pasado histórico son los dos castillos que se erigieron en la época medieval para defender el pueblo. Y en la actualidad sus ruinas siguen coronando el pueblo, tras su destrucción por las tropas francesas en 1689.

Continuando el viaje, se toma la Autopista A61, rumbo directo a Colonia. Para los interesados y amantes del automovilismo, muy cerca de Monreal, se encuentra el Castillo de Nürberg e inmediatamente la Pista de Nürburgring, famosa por los torneos de F1.

Luego se pasa por cerca de Boon, que fue la capital de la República Federal de Alemania hasta la reunificación del país en 1990 y sede del gobierno hasta 1999. Es la ciudad natal del compositor Ludwig van Beethoven. Llegada a destino.

COLONIA

Los romanos fundaron esta preciosa plaza a orillas del Rhin y desde entonces, siglo tras siglo, ha ido creciendo, atrayendo el comercio a orillas del río y siendo un referente de las ciudades teutónicas. En sus milenarias calles se han ido levantando esplendorosos monumentos que maravillan y la antigüedad de la ciudad ha permitido que pueda conservar una espléndida colección de doce iglesias románicas repartidas por toda la urbe.

Durante la última gran Guerra Mundial, la ciudad quedó literalmente destruida. La Catedral de San Pedro y Santa María. Con sus impresionantes torres que se levantan hasta los 157 metros de altura, lo que convirtió al templo en el edificio más alto de Europa durante siglos. Esta catedral es la obra maestra del gótico alemán, con un delicioso refinamiento en los adornos y sus espectaculares vidrieras. Acoge el sarcófago con los presuntos restos de los Tres Reyes Magos.

Al costado de la misma, funciona un Museo Arqueológico con notables tesoros, especialmente del período romano. Las calles Hohestrasse y Schildergasse albergan las principales tiendas de la ciudad. En sus aceras podrá encontrar multitud de firmas de moda y complementos, y por supuesto, un sinfín de perfumerías donde se vende la famosa Agua de Colonia, la marca de perfume más antigua del mundo que consiguió que Colonia fuese conocida como “la Ciudad de las fragancias”.

También tiendas de souvenirs o agradables cervecerías donde tomarse una jarra de cerveza al estilo alemán. El pintoresco barrio del ayuntamiento permite en sus estrechas callejuelas, paladear el más puro sabor de la Alemania medieval y que en esos tiempos este barrio era la judería de la villa. Hoy en día destaca su ayuntamiento, el más antiguo del país, a pesar de que un incendio lo destruyó en el siglo XIV, pero fue levantado de nuevo, con más esplendor.

Recomiendo el “Hotel Radisson Blu Colonia” (4 estrellas), lujoso hotel de diseño muy moderno que está cerca del Parque Ferial y del Kölnarena, gran pabellón deportivo.

Desde Colonia, se parte hacia el norte, en un enjambre de rutas y autopistas, se pasa por toda la zona industrial y ciudades comerciales muy famosas, Leverkusen, Autopista A1, Hagen, Unna, Autopista 44 y bajar en Soest.

SOEST

Es una pequeña joya con encanto que existe en la Renania del Norte-Westfalia y sus edificios abundan con vigas de madera y motivos florales coloreados adornando las fachadas, las casas con más pisos tienden a estar “torcidas”. Los pisos superiores están inclinados hacia la calle y en otras ocasiones, los pisos superiores salen hacia la vereda.

El color de la piedra de algunos de sus edificios: es verde. En un primer momento puede parecer que estos edificios tienen moho por la humedad, pero no es así, simplemente la piedra es verde esmeralda.

Desde allí, casi por línea recta y por medio de una Ruta secundaria hacia Hannover, pasando por Erwitte,Paderborn, Blomberg y Hamelin.

HAMELIN 

Es una de las localidades que forma parte de la interesante ruta de los cuentos de los hermanos Grimm y se encuentra en la región de la Baja Sajonia alemana, situada a las orillas del río Weser. Cuenta con una población de unos 58.000 habitantes. Hamelín está rodeada por las colinas de Weserbergland y tiene un entorno natural magnífico.

Es famosamente conocida por el cuento “El flautista de Hamelin”. También porque fueron ejecutados los asesinos condenados en el juicio de Bergen / Belsen por crímenes de Lesa Humanidad tras la Segunda Guerra Mundial.

En la ciudad, pudimos asistir a una de las tantas representaciones del famoso cuento, en la plaza principal bajo el campanario de su catedral. Toda la ciudad hace referencia al personaje (con ciertos visos de su existencia real), hasta en unas losetas en los pisos adoquinados, negocios, fachadas, carteles y banderas.

El Flautista de Hamelin, Banca Nieves, La Bella Durmiente, Caperucita Roja, Hansel y Gretel, La Cenicienta…Hay muchos cuentos de los hermanos Grimm cortos y menos conocidos. La mayoría toman como punto de partida los relatos que recopilaron durante muchos años de las leyendas tradicionales alemanas y francesas.

Pero si comparamos el cuento que salió de la pluma de los hermanos a la versión que conoce el público general, veremos muchas diferencias sustanciales, aunque ante todo, cabe destacar la llamativa crueldad y abrupta sanguinolencia presente en las obras originales.

Los relatos sin edulcorar están cargados de violencia y ciertos pasajes que, acertadamente, en las adaptaciones modernas se han modificado o directamente se han omitido, resultan absolutamente inadecuados para los niños de hoy en día.

La ciudad, conmemoró hace poco el 75º aniversario de este macabro evento que los Grimm anotaron en 1812, es decir, 520 años desde que ocurriera. No es de extrañar que se hubiera convertido en una leyenda llena de elementos sobrenaturales y fantásticos. Además de un festival muy colorido, y un montón de recuerdos baratos, la ciudad no puede olvidar lo que pasó realmente.

Existe una casa, la de las ratas o “Casa del flautista”, donde se puede leer que “En el año 1284, un 26 junio, el día de los santos Juan y Pablo, 130 niños fueron seducidos por un flautista, vestido con muchos colores, y luego desaparecieron en el calvario cerca del “koppen”. (posteriormente vendidos como esclavos a los turcos).

Continuando por la Ruta 217, directo a Hannover, se pasa por Springe.

HANNOVER

La ciudad es conocida, sobre todo, como “Ciudad de ferias y de compras”, pero la capital de Baja Sajonia también dispone de amplios parques, edificios imponentes y una zona vieja de ensueño. Si algo se destaca de Hannover son los amplios espacios. Las calles peatonales son anchas y tranquilas y la ciudad está llena de parques y jardines, que se funden con la arquitectura como si formaran parte de ella.

Sobresale el enorme lago artificial Maschsee, apto para paseos en bote o caminatas por sus tranquilos y cercanos senderos. Fue destruida en un 90% durante la guerra y hoy luce moderna e histórica a la vez. En sus calles encontrará cafés, restaurantes y multitud de tiendas, ideales para los amantes de las compras, con la particularidad que una continua línea roja, marcada en el piso, permite recorrer y conocer los 36 lugares de interés más importantes de la ciudad. Pasará por el Ayuntamiento Nuevo, el Museo Sprengel, la plaza Krepco y la sede del Banco de Nord Libra, unos de los edificios más extraños que visitamos.

En el 2000 se celebró en la ciudad la Expo 2000, la primera Exposición Internacional que se celebraba en el país, cuyo tema fue “El Hombre, naturaleza y tecnología - Origen de un nuevo mundo” y el Zoológico de Hannover, uno de los más antiguos y espectaculares de Alemania.

Hannover también ofrece una vida nocturna de rango y excitante, con representaciones de teatro, conciertos y óperas. Recomiendo ir al barrio Steintorviertel con sus muchos bares, clubes y discotecas o con el parque de atracciones, apto para toda la familia. Nos alojamos en el “Hotel Maritim Grand Hotel” (4 estrellas), céntrico y muy confortable.

Desde Hannover hacia el sur, a pocos kilómetros pasar por Hildesheim, hermosa ciudad histórica e Universitaria con notables monumentos medievales y llegada a:

GOSLAR

La ciudad y los montes de Rammelsberg son Patrimonios de la Humanidad y eran desde el siglo III, un lugar de explotación minera, cuyos principales metales eran la plata, el cobre, el plomo, el cinc y el oro. Hasta 1253, Goslar fue sede de la principal residencia del Sacro Imperio Romano-Germánico.

La ciudad se desarrolla alrededor del Palacio en función de la actividad minera. Iglesias, capillas y fuentes se insertan en su paisaje y al final de la Edad Media, la extracción, el labrado de los metales y la actividad comercial engendran un notable desarrollo. Su apogeo se sitúa alrededor de 1450.

La ciudad, rodeada de jardines, se encuentra encerrada en sus murallas flanqueadas de torres. La plaza del mercado, caracterizada por su fuente con pilas superpuestas, se remonta a la época imperial. Calles y callejones estrechos constituyen esta disposición medieval muy bien conservado. Arquitecturas románica, gótica, renacentista y barroca conviven en este paisaje a la vez urbano y artístico. Unas 1.500 casas de entramado, cuya construcción se escalona sobre varios siglos, dan originalidad y armonía al conjunto.

La hermosa ciudad está en medio de un gran parque, el Parque Nacional de Harz. Se trata de la cordillera más alta del norte de Alemania. Popularmente se llama “la milla cuadrada geológica de Alemania” ya que no existe otro lugar en el país donde haya tantas formaciones rocosas con más de 500 millones de años de antigüedad.

El Harz es un lugar místico ya que cada primavera en la Noche de brujas la niebla se posa en el pico más alto, el Brocken, y las brujas deambulan por las montañas. También es el lugar físico del famoso cuento infantil “Hansel y Gretel” de los hermanos Grimm.

Desde allí, se toma la Autopista 395 hacia Braunschweig. Famosa ciudad de Enrique el León, uno de los príncipes alemanes más poderosos de la época medieval y que gobernó un vasto territorio desde el mar Báltico hasta los Alpes. Sede del equipo de fútbol amarillo y azul del mismo nombre y la primera ciudad en Alemania donde tuvo lugar el juego del fútbol.

Imperceptiblemente se atraviesa la antigua frontera de la República Democrática Alemana, también denominada Alemania Oriental o Alemania del Este, estado socialista durante el período de la Guerra Fría. Fundada en 1949, bajo la ocupación soviética tras el final de la Segunda Guerra Mundial, existió hasta 1990 con la denominada reunificación alemana.

MAGDEBURGO

La Segunda Guerra Mundial golpeó con fuerza a la antigua ciudad hanseática. Pocos edificios históricos de estilo barroco y modernista quedaron ilesos en el centro y hoy pueden verse grises edificios de cemento que conservan la estampa de la arquitectura europea socialista. Martín Lutero predicó en Magdeburgo y convirtió la ciudad en el centro de la Reforma. También es famosa por su puente acuífero, donde cruzan dos rios a distintos niveles.

Por la misma Autopista se llega a la ciudad de Berlín, que tiene varios ingresos radiales.

BERLIN

La ciudad del osito, fue reconstruida, renacida de los escombros de la guerra y de un sistema político que la atrasó y dividió en dos, no obstante, de uno a otro extremo, Berlín sorprende por su belleza, por su lujo, pero sobre todo por lo espectacular de sus impresionantes monumentos.

Sin duda alguna, uno de los puntos de interés más importantes de la ciudad es la Puerta de Brandemburgo, una colosal entrada a la ciudad. A más de 26 metros, sobre las piedras de arenisca, encontrará una estatua de bronce de la diosa Victoria, cabalgando sobre una cuadriga. A lo largo de su historia, esta puerta ha sido un mudo testigo de momentos de esplendor de Alemania, pero también de terror y tristeza.

Muy cerca está el barrio gubernamental. En sus calles encontrará multitud de edificios destinados a albergar las sedes de las instituciones federales y locales. Destaca, sobre todos, el edificio del Reichstag, la sede del Parlamento Alemán. Su espectacular cúpula de cristal es un añadido posterior, que permite contemplar la sala de plenos.

La Isla de los Museos. Hasta cinco museos distintos se dan cita sobre esta isla del río Spree. El Museo de Pérgamo, donde se custodia la famosa Puerta de Isthar de Babilonia y el Altar de Pérgamo. El Museo Nuevo con una extensa colección de arte egipcio, que incluye el busto de la reina Nefertiti, el Museo Antiguo, dedicado al arte romano y griego, la Antigua Galería Nacional destinado a la pintura y el Museo Bode, para el arte bizantino y numismática. Este complejo ha sido declarado por la Unesco, Patrimonio de la Humanidad A pocos pasos de los museos y sin salir de la isla, podrá contemplar la sobrecogedora Catedral. Sus cúpulas broncíneas coronan un auténtico tesoro arquitectónico de finales del siglo XIX. En el interior podrá paladear el lujo y el esplendor de esta maravilla arquitectónica de la época prusiana.

Precios y horarios del Pergamonmuseum

Estos son los precios y los horarios del Museo de Pérgamo.  Aconsejo ir a primera hora para evitarte las aglomeraciones. También que compres tu entrada sin filas como explico unos párrafos más abajo. Precios del Museo Pérgamo Adultos: 12€. Estudiantes: 6€. Isla de los Museos: 18€ (estudiantes 9€). Museumspass Berlín: entrada gratuita. Horarios del Museo de Pérgamo: Todos los días: de 10:00 a 18:00 horas. (Jueves hasta las 20:00 horas) La mochila tendrás que dejarla en cosigna

Cómo comprar entradas para el Museo de Pérgamo

1.- Con la Welcome Card Berlin  tiene varias modalidades en función de los días que elijas: 48h, 72h, 4, 5 o 6 días. Incluye: Acceso gratis durante 72 horas al transporte público de la ciudad. Entrada gratuita a todos los museos de la Isla de los Museos de Berlín: Pergamo, Bode, el Altes Museum, la antigua galería nacional y el Neues Museum. Descuentos en 200 atracciones turísticas y eventos de la ciudad. Precio: 45 €

2.- Museum Pass Berlin Esta tarjeta es básica si el viaje a la capital de Alemania tiene como objetivo sus museos. Tienes más de 30 y te incluye los mencionados de la isla de los museos durante tres días. Duración: tres días. Dónde canjearla: en cualquiera de los dos aeropuertos. Precios: 29 € 

Torre de Televisión, el edificio más alto, no solo de la ciudad, sino de toda Alemania. Desde esta enorme atalaya de 350 metros, en la Alexanderplatz, podrá deleitarse con una espectacular panorámica de la urbe. Como si fuera una inmensa alfombra, la ciudad se extenderá ante sus ojos.

La Iglesia del Recuerdo es uno de los monumentos más emotivos que hay que ver en Berlín. Su torre fue destruida durante la Segunda Guerra Mundial y en vez de repararse, se conservó en estado de ruina, como un poderoso canto antibélico.

Pero también hay que detenerse en la historia más reciente. Algunos restos del infame Muro de Berlín aún se conservan. Al pasar las manos sobre sus frías losas de cemento podrá comprender la tragedia que supuso cercenar la ciudad en dos. Diversos museos recuerdan la historia de este telón que desmembró no solo la ciudad, sino el país entero. Berlin merece permanecer por lo menos tres días.

Nos alojamos en el “Hotel Holiday Inn Berlin - Centre Alexanderplatz” (4 estrellas) hermoso hotel ubicado en el lado oriental de la ciudad, aunque algo alejado del centro.

Desde Berlín, por la Autopista A13, directo hacia el sur, cruzando paisajes repletos de bosques de pinos y lomadas suaves cultivadas. Llegada a destino.

DRESDE

Por su extraordinario legado cultural, especialmente en el arte y la arquitectura barroca, es llamada la Florencia del Elba. También tiene fama mundial en el sector de teatros, orquestas, coros y famosos museos. Dresde se concentra en dos áreas de la ciudad separadas por el río Elba: el Altstadt (Casco Antiguo o Ciudad Vieja) y el Neustadt (Ciudad Nueva). La mayoría de edificios históricos y lugares de interés se encuentran en el Altstadt, sobresaliendo:

Frauenkirche (Iglesia de Nuestra Señora), una iglesia luterana de estilo barroco que fue destruida durante el bombardeo de la II Guerra Mundial y reconstruida entre 1994 y 2005 como símbolo de reconciliación. En el exterior destaca la enorme cúpula (con observatorio) y en el interior, blanco inmaculado, el fastuoso y enorme órgano.

Hofkirche (Catedral de la Santísima Trinidad), de culto católico. Durante el bombardeo de Dresde, esta catedral barroca también fue destruida y su reconstrucción se alargó hasta mitad de los años 60. Destaca por sus imponentes dimensiones, los adornos de las balaustradas exteriores y por ser panteón de los antiguos Reyes y Príncipes Electores de Sajonia.

Semper Opera House quizá la ópera más famosa de Alemania. Destruida tres veces y reabierto en 1985 respetando el mismo diseño de sus antecesores, en su tiempo se estrenaron obras de Wagner y Strauss.

Gemäldegalerie Alte Meister, una pinacoteca con obras de Rafael con su “Madonna Sixtina”, Tiziano, Rembrandt, Durero, Van Eyck, El Greco o Velázquez, entre otros.

Brühlsche Terrasse (Terraza de Brühl) o Balcón de Europa, un magnífico balcón sobre el Elba al que se accede a través de unas enormes escalinatas. Magnífico lugar para pasear y tomar buenas fotos.

Fürstenzug, el “Mosaico del Desfile de los Príncipes”, un mural de 101 metros de largo en plena calle, que representa la historia de la Casa de Wettin. Más de 24.000 azulejos fueron usados para representar a los casi 100 personajes que forman el conjunto, realizado por Wilhelm Walther entre 1872 y 1876.

A 75 años de la “Tormenta de Fuego”, el 13 de febrero de 1945 más de mil aviones británicos y estadounidenses dejaron caer 4.000 toneladas de explosivos sobre la ciudad alemana, matando a 25.000 personas en uno de los días más negros de la Segunda Guerra Mundial. Dresde fue aniquilada y destruida en un 80%, innecesariamente, según algunos. Aún hoy continúa siendo un potente alegato sobre la guerra y la tecnología al servicio de la destrucción.

Recomiendo alojarse en el “Hotel Star Inn Hotel Premium Dresden” (3 estrellas superior) excelente edificio antiguo, ubicado en pleno centro histórico. Y para despedirnos de esta hermosísima ciudad, nada mejor que ubicarnos en cualquier bar o comedor frente al Balcón del Elba y probar el plato popular que es el asado de la carne de vaca, marinado en vinagre y sazonado con especias, una sopa de patatas, y el postre preferido del vecindario, el Eierschecke, delicioso pastel con requesón y pasas.

En Dresde finaliza este recorrido por el norte de Alemania, dejando muchas maravillas por visitar.