BLOG DE VIAJES 19

DE PRAGA A VARSOVIA

Recorrida por cinco países del este de Europa Oriental (Plano de la Ruta de Viaje al final de las fotos.) .

CARACTERISTICAS Zonas desconocidas de Europa. Caminos muy transitados. Ciudades pequeñas y muy turísticas. Cultura seria y rigurosa. Paisajes inolvidables de baja montaña y bosques.

HISTORIA Ciudades y paisajes de las Guerras Mundiales. Arte renacentista y barroco

CLIMA Ideal todo en otoño y primavera o verano. Desaconsejable durante el invierno por sus bajas temperaturas.

COMIDAS TÍPICAS Quesos y embutidos en todas las variedades. Vinos blancos y tintos. Cervezas de todas las variedades. Carne de cerdo, vacuna y aves. Pastelería exquisita e inimitable

RECOMENDACIONES Mucha dificultad con los idiomas. En cada localidad, visitar la Oficina de Turismo local. El GPS es óptimo, pero nada se iguala a los planos a escala. Con el GPS marcar tramos cortos y reprogramar al próximo destino. Escuchar por radio, las estaciones locales, familiarizándose con el idioma. Llevar equipo para picnic. Las paradas en la ruta son necesarias y existen excelentes lugares. Puntualidad absoluta. Orden y limpieza hasta en las carreteras más inhóspitas. Tránsito intenso y muy controlado

PRAGA

Es la capital de la República Checa y de la región de Bohemia. Situada a orillas del río Moldava, tiene aproximadamente 1,2 millones de habitantes, lo que la convierte en la ciudad más poblada del país y la séptima de Europa Central. Su belleza y patrimonio histórico la potencia en una de las veinte ciudades más visitadas del mundo.

Antigua capital del Reino de Bohemia y de Checoslovaquia, sufrió las dos guerras mundiales y la dictadura nazi. Tras la segunda guerra, quedó dentro de la esfera de influencia soviética y pasada la caída del Muro de Berlín, la ciudad recobró su libertad.

Praga fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1992, por sus soñados paisajes, arquitectura, historia y cultura.

Castillo de Praga. Es una de las visitas imprescindibles para conocer Praga y un buen punto de arranque. Ahí se destacan la catedral de San Vito, el Palacio Real, el Monasterio y el rincón conocido como el Callejón de Oro.

La Catedral de San Vito. Construida en el siglo XIV en estilo gótico, se trata de la más importante iglesia de la República Checa.

Palacio Real en el Castillo de Praga. Se construyó en el siglo XII para ser la residencia de los reyes de Bohemia, y a lo largo de la historia fue la sede del Parlamento bohemio. Erigido inicialmente en estilo románico, el Palacio Real se amplió después en estilo gótico y la gran Sala Ladislao es una de las joyas más destacadas del mismo.

Callejón de Oro. El rincón con mayor encanto del recinto es esta callejuela con pequeñas casas de los siglos XVI y XVII, que fueron ocupadas por modestos artesanos. Ahora el Callejón de Oro se ha convertido en uno de los lugares más simpático, turístico y visitado del recinto fortificado.

Monasterio de San Jorge. Se puede visitar en el recinto del Castillo de Praga es el recinto de monjes más antiguo de toda la República Checa.

Plaza Hradcany. En la entrada al recinto del Castillo de Praga se encuentra la plaza Hradcany, un espacio de grandes dimensiones donde se pueden ver diversos palacios de estilo renacentista, así como casas de estilo gótico. Anexa a esta plaza se encuentra la plaza de Loreto, donde llamará la atención la fachada barroca del Santuario del Loreto, edificio con una gran torre conteniendo 27 campanas del siglo XVII.

Barrio de Mala Strana. En la orilla opuesta del río Moldava donde se ubica la Ciudad Vieja, se sitúa Mala Strana, un barrio con casas y edificios palaciegos de estilo barroco y algún monumento destacado como la iglesia de San Nicolás.

Iglesia de San Nicolás. Construida en el siglo XVIII, la iglesia es el mejor exponente de la arquitectura barroca en Praga, edificio del que llamará la atención su enorme cúpula.

Muro de John Lennon. Un curioso rincón de Mala Strana es el conocido como Muro de John Lennon, una larga pared con grafitis y letras de canciones de Los Beatles, los cuales se empezaron a pintar tras la muerte del citado músico.

Iglesia del Niño Jesús. Se encuentra en el barrio de Mala Strana se ha convertido en un muy popular lugar de peregrinación de los católicos que van a venerar la imagen del Niño Jesús de Praga. La iglesia se remonta a un convento de Carmelitas fundado en 1620 y la veneración se debe a la fama de protectora y milagrosa que tiene la citada imagen.

Puente de Carlos. Si hay un rincón icono desde el punto de vista turístico en Praga, ese es el Puente de Praga, que une las dos orillas del río Moldava y además, la Ciudad Vieja con el barrio de Mala Strana, desde donde se ubica el recinto del castillo de Praga. Siempre muy concurrido, emociona caminar por su pavimento curvado y tiene las vistas panorámicas más espléndidas de la ciudad, especialmente en el atardecer. Se pasa por debajo de las torres que se encuentran a ambos lados del mismo, la Torre de la Ciudad Vieja y las dos Torres de Mala Strana, ambas de distinta configuración, pues fueron construidas en distintas épocas.

Plaza de la Ciudad Vieja. Es el lugar más turístico de Praga, donde de día y de noche nos concentramos los visitantes de la capital checa y en cuyo centro se ubica el monumento a Jan Hus, conjunto escultórico de extraña belleza.

Palacio de Golz Kinsky en la Plaza de la Ciudad Vieja Actualmente alberga un museo Torre del Ayuntamiento de Praga Se levantó en 1364 formando parte del primer edificio consistorial que se construyó en la plaza y perteneciente al antiguo edificio consistorial de la ciudad. Desde allí se obtienen las mejores vistas panorámicas del centro medieval de Praga.

Reloj Astronómico de Praga Imperdible apreciar cómo funciona el carrillón del Reloj Astronómico situado en la fachada del ayuntamiento, el cual se remonta a 1410, ceremonia muy concurrida por los turistas que visitan la ciudad.

Templo de Tyn Uno de los grandes monumentos icono de la ciudad de Praga es, sin duda, el Templo de Tyn, con sus dos torres que se asoman por encima de un frente de casas de la plaza de la Ciudad Vieja. Esta gran iglesia se remonta al siglo XI, si bien su interior se reconstruyó en estilo barroco, tras un gran incendio sufrido en el siglo XVII.

Torre de la Pólvora en Praga Es una de las históricas puertas de entrada a la Ciudad Vieja de Praga y es la única torre que queda de las 13 que se construyeron en la fortificación del siglo XIII. Con un característico estilo gótico, en tu visita de la capital checa podrá subir a lo alto de torre para tener unas bonitas vistas panorámicas.

El Barrio Judío.También conocido como Josefov, debe ser otra de las visitas a realizar en Praga. Con origen en el siglo X, este barrio se extiende muy cerca de la plaza de la Ciudad Vieja y ahí también se encuentra el histórico Cementerio Judío y varias sinagogas.

Cementerio del Barrio Judío Se trata rincón con un encanto muy especial del centro neurálgico del citado barrio, situado en una zona boscosa del centro de la ciudad y el cual alberga hasta 11.000 sepulturas

Sinagoga Staronova La más destacada por su interés histórico es la Sinagoga Vieja Nueva, de 1270, la más antigua que ahora puedes ver en uso en Europa, con un edificio muy austero que mezcla los estilos románico y gótica.

Sinagoga Española De estilo morisco que toma su nombre de la llegada en el siglo XVI de una comunidad de judíos sefardíes desde España.

Praga es un tesoro en sí, toda la ciudad constituye un precioso regalo de belleza, cultura e historia. Ciudad sin igual, que emociona al transitar sus rincones y confiere una felicidad indescriptible.

Nos alojamos en el “Hotel Corinthia” (4 estrellas), muy moderno hotel, desde donde se divisa la ciudad. Algo alejado del centro, pero en su base, corre una estación del Metro, que muy comodamente nos traslada al centro histórico en pocos minutos.

La ciudad merece estar por lo menos dos días para recorrerla con plenitud.

Recomiendo probar una amplia variedad de sopas, aunque las más conocidas es la ceská bramborová, que se puede considerar la sopa nacional y es cien por ciento vegetal, con zanahorias, champiñones y patatas. Un Utopenec, que es una salchicha macerada con distintos tipos de especias y de postre, una tarta dortý, cubierta de crema de almendras, de chocolate, de vainilla o café.

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Dejando la ciudad de Praga, tomar la Autopista E50 rumbo al sur-este. Cruzar la región de Moravia y llegar a Brno. Moravia Es una de las tres regiones históricas que conforman la República Checa, junto con Bohemia y la Silesia checa.

BRNO

Es la segunda ciudad del país y sede de la autoridad judicial de la República Checa, del Tribunal Constitucional y otros tribunales de justicia. Además, la ciudad se caracteriza por sus edificaciones de estilo funcionalista, siendo la Villa Tugendhat de 1929, del insigne arquitecto alemán Ludwig Mies van der Rohe, una obra incluida en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

El Karst de Moravia es una reserva natural protegida, a escasos kilómetros al norte de Brno, en Blansko. Poseé una geología distinta con unas 1100 cavernas y cañones, y abarca una superficie de unos 92 km². Esta región también tiene uno de los accidentes geográficos más importantes de la República Checa, el Abismo de Macocha, un cañón de 138 m de profundidad, que se formó al colapsar la parte superior de una cámara de una caverna.

Desde allí, la Autopista E65 rumbo a Bratislava. Continuando el viaje, cruzar la frontera República Checa - Eslovenia, pasar por Bratislava, sobre el río Danubio (que se ingresará en el retorno del viaje) e inmediatamente cruzar nueva frontera Eslovenia -Hungría, hasta llegar a Gyor.

Hungria El 50% de la superficie de Hungría es llana: la Gran Llanura ocupa toda la parte sudeste del país, mientras que la Pequeña Llanura se halla en su extremo noroeste, junto a la frontera con Austria. Los dos ríos más importantes, el Danubio (con un tramo de 417 km de largo en Hungría) y el Tisza (con 598 km), atraviesan el país. Además es un país privilegiado en aguas termales. Su patrimonio en fuentes y manantiales de aguas minero-medicinales está considerado como uno de los más importantes en Europa. Frescos, mosaicos y restos de casas de baños son el testimonio de una cultura del agua con más de 2000 años de historia.

GYOR

Se la conoce como “La ciudad de los ríos", pues está ubicada en el punto donde confluyen los ríos Danubio, Rába y Rábca. Gyor es uno de los centros industriales más grandes de Hungría y cuenta con algunos de los edificios y monumentos más importantes del país. La arquitectura histórica bien conservada y las colecciones fabulosas ubicadas en los museos impresionantes de la ciudad.

La Iglesia Benedictina. Es uno de los sitios principales para ver durante una visita a la ciudad, diseñada para parecerse a la Iglesia de Jesús de Roma, fue la primera iglesia construida por los jesuitas después de su llegada a Gyor en 1627. Hermosas torres y arquitectura barroca, incluyendo el monasterio y la escuela, que datan del siglo XVII. El techo y la nave central, pintados por el artista austríaco Paul Troger.

La Basílica de Gyor. Ubicada sobre la colina de Káptalan, que es una de las partes más antiguas de la ciudad, con gran variedad de estilos arquitectónicos incorporados a su diseño, como los cimientos del siglo XI, los ábsides románicos, el exterior neoclásico y la capilla gótica.

 

Muy cerca de Gior se encuentra el centro de Turismo de Salud más conocido por toda Europa que es el Lago Balatón, el mayor lago de aguas calientes de Europa, que en invierno se cubre con una nube de vapor, y cuyo fondo posee una capa de barro medicinal de varios metros de grosor. El bosque que rodea el lago garantiza un microclima único en los alrededores. Lo rodean varias ciudades muy atractivas, Héviz, Balatonfüred y Harkány.

Continuando el viaje, por la misma Autopista llegamos a destino.

BUDAPEST

Es la capital y ciudad más poblada de Hungría y se constituyó como tal el 17 de noviembre de 1873, al unificarse las ciudades de Buda y Óbuda, en la orilla oeste del Danubio, y Pest, en la orilla este. Comenzó como Aquincum siendo originalmente un asentamiento celta, se convirtió luego en la capital romana de Panonia Inferior y hoy es considerada como una de las ciudades más bellas de Europa. Budapest cuenta con varios sitios que son Patrimonio de la Humanidad.

El Parlamento de Hungría. Se trata del tercer edificio de este tipo más grande del mundo, tras el de Rumanía y el de Argentina, y es considerado uno de los edificios más bellos de Europa. Su construcción comenzó en el año 1884 y fue una de las obras de estilo neogótico más importantes de ese tiempo.

El Castillo de Buda. Antigua residencia de los reyes de Hungría, ahora acoge la Biblioteca Széchenyi, la Galería Nacional Húngara y el Museo de Historia de Budapest. Las vistas desde su terraza son increíbles y se puede contemplar casi toda la ciudad.

Bastión de los Pescadores. Es otro sitio panorámico de estilo neogótico y neorrománico, construido a comienzos del siglo XX y sus siete torres representan a las siete tribus magiares que fundaron Hungría.

Iglesia de San Matías. De siete siglos de antigüedad, es una de las joyas de Budapest. A su lado está la estatua ecuestre del primer rey de Hungría, el rey San Esteban

Basílica de San Esteban. Además de ser un enorme edificio con capacidad de 8.000 personas, lo que más destaca es su cúpula, de 96 metros de alto.

El Puente de las Cadenas. Este fue el primer puente que cruzó el río Danubio y, aunque quedó destrozado durante la II Guerra Mundial, en estos momentos está totalmente reconstruido. Además, desde él se pueden ver otros puentes como el Puente de la Libertad o el Puente de Margarita.

La Avenida Andrássy. Es, sin duda, la avenida más bonita de la ciudad y recorrerla es una tarea obligada ya que cuenta con un montón de edificios señoriales que son dignos de admirar y declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En ella se ubican algunos lugares de interés como los siguientes: Ópera Nacional de Hungría Inaugurada en 1884 con la presencia de los emperadores austro-húngaros Francisco José y Sissi, y aún en pleno funcionamiento.

Casa del Terror. Fue la sede del partido fascista y una prisión y en ella se puede ver una exposición sobre esta parte de la historia de Budapest.

Plaza de los Héroes. Esta impresionante plaza es la entrada al City Park o Parque de la Ciudad y en ella se encuentran enfrentados el Museo de Bellas Artes de Budapest y el Kunsthalle (Palacio de Arte de Budapest).

El Café New York .Se inauguró en 1894 y fue bautizado con este nombre porque se ubicaba en el interior de la galería propiedad de una aseguradora americana. Era el sitio preferido por escritores, intelectuales y periodistas de la época y se caracteriza por su arquitectura clásica, la belleza de sus salones dorados y las lujosas lámparas de cristal. En el exterior estatuas de dragones esculpidos parecen custodiar la entrada.

El hotel Gellért. Inaugurado en 1918, deslumbra por su majestuosidad y su estilo antiguo que se conserva perfectamente pese al paso del tiempo. El edificio se ubica en Buda y se pueden visitar las termas que están dentro del hotel. Fueron construidas con detalles otomanos, con sauna seca y húmeda y una majestuosa piscina con olas artificiales rodeada de jardines con flores multicolores.

La capital húngara se ha convertido los últimos años en un destino de masas. Tiene todos los ingredientes para disfrutar de unas vacaciones maravillosas: sitios históricos, cultura, gente multicolor, arquitectura urbana fascinante y una naturaleza sorprendente.

La mágica Budapest repleta de palacios, castillos y casas sobre las colinas con vistas impresionantes invita a recorrerla, sus cafés recuerdan a otros tiempos, cuando la gente se juntaba a discutir sobre ideas y escribir con tinta sobre papel.

Nos alojamos en el “Hotel Mercure Budapest City Center” (4 estrellas) y recomiendo cinco cosas imprescindibles de Budapest, entre muchas más: Un recorrido nocturno por el Danubio con las luces impresionantes de ambas orillas (con copas de champagne mediante), un baño en la picina Gellért, visitar el extraordinario Museo de Bellas Artes con una pinacoteca maravillosa, tomar un café en el Nueva York y comer un típico Gulasch con buen vino tinto.

Dejando Budapest, se desanda el camino hasta llegar a la frontera Hungría – Eslovaquia e inmediatamente a Bratislava.

Eslovaquia. A principios del siglo XX formaba parte del Imperio Austro-húngaro, una de las grandes potencias mundiales en aquellos tiempos, pero tras su derrota en la 1º Guerra Mundial, el imperio se desintegró en varios estados. De hecho, Eslovaquia pasó a formar junto con Bohemia y Moravia un nuevo país: Checoslovaquia. El final del comunismo en 1989 significó también el fin de Checoslovaquia como tal y la creación de dos Estados sucesores: Eslovaquia y la República Checa, los cuales separaron sus caminos el 1 de enero de 1993.

Eslovaquia posee varias características que la hacen un país atractivo desde el punto de vista del turismo. Posee numerosos centros de deportes de invierno, ciudades históricas, pintorescos castillos, cuevas, únicas iglesias de madera, parques nacionales y otras riquezas y paisajes naturales. Aproximadamente el 40 % de Eslovaquia está cubierto por bosques, el resto llanuras cultivadas y los Montes Cárpatos.

BRATISLAVA

La capital eslovaca es relativamente pequeña, apenas tiene una población de 420.000 habitantes y no cuenta con grandes monumentos que atraigan a las masas de turistas. Sin embargo, sí que es una ciudad acogedora, con algunos rincones muy pintorescos. Cruza el Danubio, un moderno puente de líneas atrevidas y en sus edificios y calles se aprovisionaron y curaron los soldados de la dura batalla napoleónica de Austerlizt.

Castillo de Bratislava. Esta fortaleza cuadrada y blanca que se alza sobre una colina rocosa junto al Danubio en el centro de la capital eslovaca fue construido entre el siglo IX y el XVIII, y el 28 de mayo de 1811 sufrió un gran incendio que lo destruyó. Estuvo en ruinas hasta la década de 1950, cuando el gobierno local decidió reconstruirlo de manera integral. Sus magníficas murallas, las puertas originales y la historia de un lugar que está ocupado desde la Prehistoria y por donde han pasado romanos, celtas y moravos, resultan altamente motivadores.

Puerta de San Miguel. Pasear a pie por el Casco Antiguo es una de las mejores cosas que hacer en Bratislava. Hay una sorpresa en cada rincón, a la vuelta de cada esquina. Y quizás la primera de ellas sea la Puerta de San Miguel, la única puerta que se conserva de las fortificaciones medievales que rodeaban la capital eslovaca. Es uno de los edificios más antiguos de Bratislava (fue construida sobre el 1300) y su aspecto actual se le debe a la reforma barroca de 1758. Por cierto, le debe su nombre a la estatua de San Miguel con el dragón que la corona. Hoy en día alberga una exposición de armas del Museo de la Ciudad y se puede visitar.

Palacio del Primado. Este palacio neoclásico situado junto al antiguo ayuntamiento, era en sus orígenes la residencia del arzobispo y hoy es la oficina del alcalde de la ciudad. Se puede visitar y vale la pena en especial su célebre Sala de los Espejos, donde se reúne el pleno del Ayuntamiento.

Catedral de San Martín. Por dentro o por fuera, la Catedral de San Martín es hermoso lugar para conocer. Justo debajo del castillo y junto a los pocos restos que nos han llegado de las antiguas murallas, esta iglesia es una de las más antiguas de la ciudad y el lugar donde se celebraban las coronaciones del Reino de Hungría entre 1563 y 1830.

Desde allí y tan solo a 40 Km se llega Viena, capital de Austria.

Austria. No tiene salida al mar, aunque está atravesada en una parte significativa por el río Danubio, navegable en gran parte de su recorrido. Su territorio predominante es el alpino. Solo el 32% del país está por debajo de los 500 metros de altitud y el punto más alto es el pico Grossglockner con 3798 m. Sus orígenes se remontan a la dinastía de los Habsburgo que convirtió al país en una parte fundamental del Sacro Imperio Romano Germánico. En 1867, el Imperio austríaco se transformó en el Imperio austro-húngaro y éste acabó en 1918 al finalizar la Primera Guerra Mundial.

VIENA

La historia de Viena se remonta al primer siglo después de Cristo, cuando los romanos fundaron el campamento militar “Vindobona”. Actualmente la imagen de la ciudad está marcada sobre todo por el Barroco, especialmente durante la regencia de la emperatriz Maria Teresa, como también del emperador Francisco José, el cual mandó construir el lujoso boulevard Ringstraße.

La capital de la música. Wolfgang Amadeus Mozart, Ludwig van Beethoven, Franz Schubert, Joseph Haydn, Arnold Schoenberg, Gustav Mahler y, por supuesto, el rey del vals Johann Strauss: en ninguna otra ciudad han vivido y trabajado tantos compositores famosos como en Viena. Este es el hogar de los valses y las operetas, aunque los musicales también han conquistado audiencias internacionales.

Catedral de San Esteban. Es el símbolo de Viena. En el siglo XII se comenzó a edificar y hoy en día es el edificio gótico más significativo de Austria. Tiene una longitud de 107,2 metros y un ancho de 34,2 metros. Cuenta con cuatro torres; La torre sur es la más alta, con 136,44 metros. Después de subir 343 escalones, se llega al salón de la torre, desde el que hay unas vistas inmensas de Viena. Tiene un total de 13 campanas. En el tejado se instalaron ladrillos de colores con el águila bicéfala imperial y real, además de los escudos de la ciudad de Viena y de Austria.

Hofburg y Heldenplatz. A lo largo de más de siete siglos, el imperio de los Habsburgo se gobernó desde el Hofburg. Aún hoy recuerda al castillo medieval la capilla gótica, donde cantan los Niños Cantores de Viena los domingos durante la misa. En pleno corazón del casco antiguo pueden admirarse la suntuosidad y el esplendor cotidiano de la antigua familia monárquica haciendo una visita a sus dependencias privadas.

El Palacio Imperial, habitado hasta 1918 por la familia imperial, era originalmente un castillo del siglo XIII, que fue ampliado hasta convertirse en una residencia lujosa con el aumento del poder de los Habsburgo y de su dominio. En la actualidad, encuentran en el Hofburg su sitio la residencia oficial del Presidente, así como un importante centro de convenciones y numerosas colecciones de arte.

Secesión. En 1897 Gustav Klimt salió, junto con otros artistas, de la conservadora Künstlerhaus y fundó una nueva unión de artistas que respondía al nombre de Secesión. En 1898 se terminó de construir el edificio con el mismo nombre. En el terreno de la Wienzeile cedido por la administración vienesa, Joseph Maria Olbrich construyó para el club un moderno edificio de exposiciones de estilo modernista, que hoy es una de las construcciones más conocidas de Viena. La Blattwerk-Kuppel (“Pabellón de la Secesión”) es el símbolo visible del movimiento Secesión.

Escuela Española de Equitación. Es la única institución del mundo que mantiene sin cambios y cuida desde el Renacimiento hasta hoy el arte ecuestre clásico de la alta escuela. Gracias al entrenamiento durante años el jinete consigue fundirse con el caballo en una unidad inseparable. El visitante tendrá una vivencia inolvidable gracias a la precisión de los movimientos de los Lipizanos en armonía con la música.

Palacio de Schönbrunn. La antigua residencia de verano de los Habsburgo destaca con sus esplendorosas estancias imperiales y un fantástico jardín. Aquí residieron, el emperador Francisco José, la emperatriz Isabel y otros monarcas. Es una de las construcciones barrocas más hermosas de Europa. Hoy, el palacio forma parte del patrimonio de la humanidad de la Unesco debido a su gran importancia histórica, su carácter único y su magnífica construcción. En 1830, el emperador Francisco José nació en este palacio y pasaría la totalidad de sus últimos años de vida en esta residencia. El palacio cuenta con un total de 1441 salas, de las cuales 45 pueden ser visitadas.

La cripta imperial. Se encuentra bajo la Iglesia de los Capuchinos y está destinada a los miembros de la antigua dinastía austríaca de los Habsburgo. Desde 1633 en esta cripta se ha dado sepultura a 149 de los Habsburgo, de los cuales 12 emperadores y 19 emperatrices y reinas han encontrado en ella su último lugar de descanso El último emperador en ser enterrado aquí fue Francisco José I.(1916). También el sarcófago de la Emperatriz Sissí y el del príncipe heredero Rodolfo se encuentran en la cripta a cargo de los monjes capuchinos. En 1989, Zita, la última emperatriz austriaca y el 16 de julio de 2011 su hijo mayor, el príncipe heredero y político en Europa, Otto Habsburg y su esposa Regina.

Viena es una ciudad maravillosa con una calidad de vida muy alta: Viena es la ciudad más verde del mundo, fue votada por décima vez como la "ciudad con la mejor calidad de vida". Se evaluaron más de 100 ciudades según diferentes criterios: los parques, las zonas verdes públicas, el uso de energías renovables, la calidad del aire, la oferta de transporte público y los mercados con productos regionales fueron decisivos para la clasificación.

Dos veces me alojé en la ciudad, una en invierno (con nieve a 80 cm de altura) en el “Hotel Austria Trend Parkhotel Schönbrunn Wien” (4 estrellas superior), frente al palacio, antiguo y espectacular y el “Hotel Josefshof Am Rathaus” (3 estrellas), de época y ubicado en el centro. Viena merece permanecer por lo menos tres días y visitar sus múltiples atracciones. Por supuesto deleitarse con su café tan especial y las deliciosas masas, facturas, tortas y confituras vienesas.

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Partiendo de Viena y cruzando el Danubio, se retorna a Brno, por otra ruta, atravesando la Baja Austria de sur a norte, típica zona de cultivos y ganadería. Cruzar la frontera Austria – Checo A continuación visitar tres localidades maravillosas, en la región netamente vitivinícola de Baja Moravia, denominada Lenice-Valtice.

MIKULOV

La historia de esta hermosa ciudad medieval está marcada por haber acogido desde mediados del siglo XV una amplia comunidad judía, de la que permanece el Barrio Judío que se extiende cerca del castillo, con una sinagoga y un cementerio judío. El punto central es la plaza Mayor, un lugar desde donde puedes ver los numerosos edificios coloreados y, sobre todo, la espectacular casa cuya fachada está esgrafiada. Esta plaza está concurrida por terrazas donde se puede degustar cerveza checa o los vinos locales.

Desde la plaza Mayor también se puede ver el Castillo de Mikulov en lo alto de la colina, de cuya existencia se tiene constancia desde 1218 e históricamente fue utilizado por Napoleón para las negociaciones de paz después de la batalla de Austerlitz. Destruido totalmente por los nazis durante su retirada, fue reconstruido pieza a pieza y en él se puede ver el tonel de vino más grande de Europa.

También se puede visitar la Ermita que hay sobre la cercana Colina Santa, la iglesia de Santa Ana, la Torre del reloj de la iglesia de San Wenceslao y la Columna de la Trinidad, una columna de la peste, donde se rezaba comunitariamente, tan habitual en las plazas mayores de los pueblos y ciudades de la República Checa.

A tan solo 12 Km, por ruta secundaria, entre colinas repletas de viñedos, llegar a otra joya del sur, casi pegado a la frontera con Austria.

VALTICE

La perla de Valtice es un gran palacio barroco, antigua residencia de la familia Lichtenstein. El palacio en el centro de la región tradicional del vino, que poco a poco fue construido por trece príncipes y las residencias con sus equipamientos, colecciones y muebles inmensamente ricos del siglo XVII, competían con la misma corte imperial vienesa.

Vale la pena visitar la glamorosa corte de honor, especie de sala de trono, los interiores del palacio y las amplias bodegas, actual sede del Salón de Vinos de la República Checa, una exposición permanente de degustación de los mejores vinos checos y de Moravia. También interesante puede ser el paseo por los hermosos jardines palaciegos con un teatro barroco natural, bodegas centenarias y el jardín de hierbas.

Y triangulando esta serie de joyas de la arquitectura y el buen gusto, tan sólo a 5 Km, otro lugar de encanto:

LEDNICE

Es un pueblo de la región de Moravia Meridional en la República Checa. En 1996 fue inscrito por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad junto con el poblado de Valtice por ser “un ejemplo excepcional del diseño paisajístico, desarrollado durante la Ilustración y posteriormente bajo el cuidado de una sola familia”.

Incluye un palacio y el parque más grande del país, que cubre 200 km². El castillo tuvo una extensa reconstrucción de mediados del siglo XIX en un estilo que imita el Tudor gótico inglés, aunque originalmente era una fortaleza medieval. Carlos I de Liechenstein 1569 / 1627 fue fundador de la llamada rama carolingia y trajo consigo un gran auge de poder y la ampliación de sus posesiones en Lednice. Esta expansión se refleja en el castillo y la realización de un gran complejo de edificios adicionales.

En las cercanías del castillo se encuentra un gran parque construido a principios del siglo XIX. El parque contiene muchos árboles raros, estanques y edificios decorativos notables, como el minarete morisco, que data de 1798. El entorno del castillo, permite recorrer uno de los parques más hermosos del país y en su interior, las salas representativas del castillo se caracterizan por la excelente talla y el trabajo de carpintería realizado en pisos, paredes y techos. Una de las salas más interesantes del castillo es el hall de entrada, dominado por escaleras de madera tallada incorporadas en la pared y una enorme araña de bronce con 116 candelas y el detalle que más impresiona es la cabeza de un capricornio o unicornio, en el pabellón de trofeos de caza.

Desde estos hermosos lugares, tomar la Autopista E50 rumbo a Brno. Llegando a esta ciudad, a unos 10 Km al este, se divisa unas altas figuras de chapa, tipo anuncios comerciales, con la figura de dos soldados de época con un gran cañón. Señalan un lugar histórico, entre los pueblos vecinos de Pracky y Slavkov. Los terrenos de la famosa Batalla de los tres emperadores.

La batalla de Austerlitz. Un año después de su coronación como emperador, en la culminación de la mejor campaña de su carrera, Napoleón derrotó a los ejércitos combinados de Rusia y Austria en Austerlitz, donde él, sus generales y unas tropas magníficamente entrenadas demostraron su valor en el campo de batalla. No obstante, a pesar de su genio, esta victoria no trajo la paz de inmediato. El 2 de diciembre de 1805, Napoleón con 73.000 hombres derrotó al Zar de Rusia Alejandro I y de Austria Francisco II, con un total de 85.000 soldados. En total murieron 36.000 hombres entre ambos bandos, en un solo día.

Dejar la ciudad de Brno y por la Ruta hacia el este y llegar a Olomuc.

OLOMUC

Posiblemente sea la ciudad más bella de Moravia, también de las más desconocidas, no solo de la región, también de la República Checa. Es la antigua capital de Moravia, al este del país, y a pesar de su evidente belleza las empedradas calles y amplias plazas de Olomouc todavía viven ajenas a turistas y curiosos. El presente en la ciudad se divide entre el ajetreo estudiantil y su papel como sede de una saga de obispos y arzobispos que se remonta a 1063.

Precisamente, gran parte del legado arquitectónico y cultural de la ciudad es fruto de este vínculo religioso. De hecho se dice que Olomouc posee la mayor densidad de iglesias, 28 en total y edificios sacros por habitante de toda la República Checa.

Catedral de San Venceslao. Aunque se terminó en el año 1107 con un estilo románico, también tiene elementos del gótico, el neogótico y el barroco fruto de las numerosas reformas y ampliaciones a las que se la ha sometido a lo largo de su historia. Junto a la catedral, otra de las piezas clave del legado eclesiástico de Olomouc es el Palacio Arzobispal, sede de los obispos y arzobispos, posee siete plantas que circundan en dos patios interiores, conservando gran parte de la herencia barroca de la ciudad.

Columna de la Santísima Trinidad. Levantada en 1754 también por influencia religiosa, fue declarada Patrimonio de la Humanidad desde el año 2000. Por su imponente tamaño, 35 metros de altura y su sobrecargada decoración en oro es una de las esculturas barrocas más importantes de Europa.

Reloj astronómico del Ayuntamiento. Es una de las joyas de la corona de Olomouc y el segundo más antiguo de toda la República Checa, solo por detrás del de Praga. Se construyó en 1422 pero lo nazis lo destruyeron al abandonar la ciudad al final de la guerra. Entonces lo reconstruyeron pero con un significativo cambio: sustituyeron las figuras religiosas por trabajadores proletarios en miniatura y desde entonces está considerado el único reloj comunista del mundo.

Fuentes de Hércules y César. En la misma plaza de Horní náměstí están estas fuentes que recuerdan a los fundadores del primer asentamiento en la ciudad según la leyenda y otras fuentes repartidas en plazas de la ciudad donde encontrarás las que se construyeron en honor a los dioses romanos Júpiter y Neptuno. En este punto también se levanta una columna mariana que conmemora la plaga que asoló Olomouc entre 1713 y 1715.

A las afueras de la ciudad hay tres emplazamientos que bien merecen una visita. El primero, a tan solo 5 kilómetros, es El Monte Sacro de Svatý Kopeček, un recinto de peregrinación religiosa y artística por su basílica de la Visitación de la Virgen María. Su espectacular interior plagado de angelotes dorados, colores pastel y sus suntuosos detalles dorados harán las delicias de los amantes del estilo barroco.

El segundo, ubicado a 30 minutos al norte de Olomouc y en un escenario natural único, es el Castillo de Bouzov. Este edificio medieval se construyó en el siglo XIV y todavía hoy está en perfecto estado gracias a una remodelación a principios del siglo pasado que le devolvió gran parte de sus elementos originales como el foso, las gárgolas y la puerta levadiza.

Por último, están los Jardines del parque barroco Květná Zahrada en la ciudad de Kroměříž, a 50 kilómetros al sur de Olomouc. Este bello rincón, poco habitual en la República Checa, está formado por flores y árboles de estilo geométrico que recuerdan a los jardines típicos franceses. Pero no termina acá las posibilidades turísticas de esta zona, existen un puñado de localidades a cual más hermosas. Usov, con un inmenso y hermoso castillo, Unicov, pueblo medieval, Moravská, Zabreh, Sumperk y todo un paraje de maravillas.

Desde Olomuc, por la Ruta 1 hasta Ostrava, cruzar la frontera Checo – Polonia y luego la Autopista A1a Katowise y por fin a destino Cracovia.

Polonia. La historia de este país se puede definir como turbado, agitado, dramático y eso se nota en que la estructura geopolítica del país no se estableció hasta 1918, una vez concluida la I Guerra Mundial. Por ello, turismo e historia son conceptos que van de la mano.

CRACOVIA

En el corazón de Polonia, en el mismo centro de la historia de este país, a lo largo de los siglos, Cracovia ha sido fundamental para cimentar la cultura polaca y esto se deja ver en los monumentos de la ciudad. Fue el primer foco del cristianismo en Polonia y en el siglo XI ya contaba con un obispo. Cracovia fue la capital de Polonia desde 1038 hasta 1596, fecha en que Segismundo III Vasa trasladó la capital a Varsovia.

Plaza del Mercado. Sin duda, el principal atractivo de Cracovia, es este hito urbano. Impresionante explanada que es la plaza medieval más grande de todo el mundo, con 40.000 metros cuadrados. A lo largo de sus 700 años de historia ha conservado intacta su esencia. En el centro de la plaza destaca la Lonja de los Paños o Sukiennice, un impresionante edificio renacentista. En su origen fue un mercado donde se comerciaba con todo tipo de productos, especialmente los que se traían del lejano oriente, como la seda.

La plaza del Mercado era, además, el final de la Vía Real, el camino que recorrían los reyes polacos de la Edad Media cuando visitaban la ciudad y que hoy día es un agradable paseo por el centro de la ciudad. Con la Iglesia de San Florián, Cracovia y turismo se dan la mano en este recorrido, que comienza en este templo, que hoy día posee un exquisito aspecto barroco y que antaño estaba fuera de las murallas; continúa por las pintorescas calles del centro histórico de Cracovia, hoy declarado Patrimonio de la Humanidad; y termina en la propia plaza del Mercado, junto a la Iglesia de Santa María, con sus dos torres desiguale y en cuyo interior se guarda el retablo más grande de Europa, con 200 figuras talladas en madera.

La colina de Wawel. Es una de las zonas más hermosas es la ciudad. Allí podrás visitar el castillo y la catedral, dos construcciones impresionantes que ilustran la capitalidad de Cracovia hasta principios del siglo XVII. El primero, testigo de los episodios más importantes de la historia del país es ahora el Museo Nacional, y la segunda fue residencia y panteón de los monarcas polacos. Su fachada, una mezcla de estilos y colores, ilustra perfectamente la belleza del Renacimiento Italiano en tierras centroeuropeas.

El Castillo Real.  Una doble puerta bajo un arco de grandes dimensiones comunica la explanada de la catedral con el patio del castillo. Tras la penumbra creada por el arco, la aparición de este patio se presenta como un destello de belleza. Con sus tres paredes con pórticos y galerías cubiertas, es uno de los más bellos ejemplos de la arquitectura del Renacimiento de inspiración italiana. El Museo Czartoryski alberga obras de Rembrandt y de Leonardo da Vinci, la famosa “Dama del arminio”..

Por otra parte, el Barrio de Podloze, el antiguo gueto judío, es uno de las zonas más interesantes que ver en Cracovia. En este barrio se encerró a los judíos durante la ocupación nazi de Polonia. Hoy en día, en la plaza de los Héroes del Gueto, el centro de este distrito, más de 70 sillas de bronce recuerdan el encierro forzoso de los semitas en el vecindario.

También en el barrio del gueto se podrá realizar una de las actividades más emotivas de Cracovia: turismo, y es visitar la Fábrica de Schindler. El empresario alemán, conocido por la película de Steven Spielberg, poseía una factoría, gracias a la cual consiguió salvar del holocausto a un millar de judíos inocentes. Hoy en día, la fábrica, donde está ambientado el film, es un museo.

Otro de los lugares más interesantes que ver en Cracovia, es la Capilla de Jesús de la Misericordia, aparecido en este lugar, la Capilla de  San Juan Pablo II, hijo dilecto de esta ciudad, la casa natal de Helena Rubinstein, empresaria de industria cosmética y la mina de sal de Wieliczka, uno de los yacimientos más antiguos del mundo. Cuenta con más de 300 kilómetros de pasillos y galerías. Posee varias salas, algunas de ellas convertidas en capillas, decoradas con esculturas talladas en sal, lo que supone un verdadero espectáculo para la vista.

Nos alojamos en el “Hotel Wyspianski” (3 estrellas). Recomiendo tomar unas buenas cervezas “Tyskie”, la marca de cerveza rubia más consumida de Polonia y probar los platos típicos, como unos “pierogis” que son unos deliciosos ravioles con rellenos muy variados, de carne, vegetales, espinacas con queso, papas o setas o unas chuletas de cerdo rebozadas y fritas que se sirve con repollo y patatas.

Desde Cracovia, tomar la Autopista A4 hasta Chrzanow y desde allí a Oswiecim, 68 Km en total y llegar a:

AUSCHWITZ

Visitar este lugar es conocer uno de los lugares más emotivos que podrá encontrar en Europa. En este fatídico campo de concentración podrá acercarse a la gran tragedia del siglo XX, el Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial. A pesar de lo sobrecogedor de este lugar, es imprescindible conocerlo.

Hoy en día Auschwitz es un enorme museo que recuerda uno de los momentos más tristes y vergonzosos de la Humanidad. Entre las vallas de este campo de concentración murieron alrededor de un millón y medio de personas, de los cuales se calcula que, aproximadamente, un millón eran judíos. Debido que es uno de los lugares más importantes del Holocausto, está declarado como Patrimonio de la Humanidad.

Cuando se entra en Auschwitz se puede contemplar el infame cartel que saludaba a los nuevos presos con la leyenda en alemán “Arbeit macht frei” (El trabajo os hará libres), que hacía pensar a los prisioneros que algún día podrían salir libremente de esta cárcel. Luego se recorren los barracones, las cámaras de gas y los hornos crematorios A cada paso que dé en el interior de esta prisión se podrá sentir el impactante ambiente que se respira en el campo.

Sin duda, Auschwitz, es uno de los lugares más impactante que encontré en el Viejo Continente. Un recuerdo de una de las páginas más oscuras de la Humanidad y donde la historia aún se puede vivir con dolor y angustia. Sin embargo, es también uno de los lugares imprescindibles al visitar Polonia.

Desde esta localidad, tomar ruta hacia el norte y cambiando de sentimientos, llegar a otra localidad.

CZESTOCHOWA

Es una ciudad industrial de Polonia, pero principalmente la capital espiritual del país. Su nombre en polaco significa "la que se esconde con frecuencia”. Emparentada con Fátima (Portugal) y Lourdes (Francia) es el tercer lugar de culto mariano más importante en Europa y lugar de peregrinación de millones de fieles a lo largo de todo el año y sobre todo, el 15 de agosto (día de la Virgen María).

Alberga el Monasterio, la milagrosa imagen de la Virgen Negra de Częstochowa. La Capilla del Cuadro de los Milagros contiene en su interior el icono de la Virgen María con el niño Jesús. La imagen se tapa a mediodía con unas planchas de plata, según marca la tradición. Es una visita obligada para cualquier viajero en busca de experiencias religiosas.

Desde allí, se toma la Ruta E75 hasta Lodz y luego la Autopista E30 hasta destino final.

VARSOVIA

Es la extensa capital de Polonia. Su amplia variedad arquitectónica refleja la larga y turbulenta historia de la ciudad, desde las iglesias góticas y los palacios neoclásicos, hasta los bloques de edificios del período soviético y los rascacielos modernos. La ciudad vieja se restauró después del grave daño que sufrió en la Segunda Guerra Mundial.

Es una ciudad que se disfruta mucho, llena de bares y restaurantes (yo le llamo “el murmullo de la felicidad”), con un montón de propuestas culturales y de ocio. El pasado fue especialmente cruel con esta tierra, destruida en gran parte por las bombas. Vio como sus vecinos eran agrupados en un guetto , que luego arrasaron, deportados y finalmente exterminados. Varsovia ha sabido reinventarse, presentándose ahora como una ciudad cosmopolita que está a la altura de las mejores del mundo.

Ciudad Vieja. Fue destruida durante el alzamiento de los varsovianos contra la ocupación nazi en 1944, pero afortunadamente para el visitante, ha sido fielmente reconstruida. Tal es la exactitud de la nueva Ciudad Vieja, que en 1980 la Unesco la incluyó entre los lugares que son Patrimonio de la Humanidad como “ejemplo destacado de reconstrucción casi total de una secuencia histórica que se extiende desde el siglo XIII hasta el siglo XX”.

Un buen punto de partida y uno de los lugares que hay que ver en Varsovia es la Plaza del Mercado, construida en el siglo XIII alrededor del que hoy es el Castillo Real, que hoy acoge un museo, esta plaza destaca por el colorido de sus casas de estilo de medieval, cada una de un color distinto pero con armonía cromática. Algunas de estas casas, que pertenecieron a la burguesía de la ciudad, están ricamente decoradas como la del “Negrito”, la del “León” o la del “Basilisco”.

La Sirenita. Otra de las grandes atracciones de Varsovia es esta estatua el símbolo de la ciudad. Al contrario que otras sirenas que se pueden ver en Europa, la Sirenita de Varsovia se presenta en actitud guerrera, con espada y escudo, ya que, según una de las leyendas locales, es la defensora de la ciudad y sus habitantes.

El edificio del antiguo Castillo Real, un ejemplo de arquitectura barroca, con elementos neoclásicos, construido en ladrillo rojo. Otro de los conjuntos arquitectónicos que hay que ver en Varsovia es el que forman la Curia Mayor, la Curia Menor y la Torre de la Ciudad, todos ellos del siglo XIV.

Dentro de la Ciudad Vieja, a la que se accede a través de una barbacana, puerta antigua de las murallas, se encuentra la Catedral de San Juan, la más antigua de la ciudad. De su exterior destaca su estilo gótico y en su interior, la figura de Cristo Crucificado, que tiene cabello humano real.

Otros de los lugares que deberá visitar son la Tumba al Soldado Desconocido y el Parque Real de Lazienki. En este último, se disfruta de los bellos jardines que están rodeados de edificios y pabellones de una decoración exquisita. Una muestra del estilo más soviético en la ciudad, el Palacio de la Cultura y la Ciencia. Regalo de la URSS. Se trata del edificio más alto de la ciudad, y de hecho, desde el mirador de su piso 30 tendrá las mejores vistas de la ciudad.

Además del centro histórico, Nueva Varsovia es otro de los barrios que merecen ser visto en Varsovia. Sus amplias avenidas contrastan con las pequeñas calles de la Ciudad Vieja. A lo largo de ellas se pueden ver algunos edificios de interés como la Iglesia de San Jacinto o la de Nuestra Señora La Reina de la Cruz Polaca.

Chopin y la cultura polaca. La influencia de este pianista en la cultura de Polonia es la más grande e importante que ningún otro artista haya recreado en este país. En sus obras resuenan los ecos de la cultura musical polaca: la de la aristocracia (con las polonesas), la popular (las mazurcas), y la de los salones europeos (con los valses).

Las calles, monumentos, plazas y edificios más representativos de la capital polaca se pueden recorrer mientras en el ambiente se perciben las notas de algún violín, violoncelo o piano interpretado por algún músico callejero.

Nos alojamos en un cómodo hotel, frente a un parque inmenso, el “Hotel Radisson Blu Centrum Hotel (5 estrellas), con piscina, gimnasio y otros servicios que en realidad no se utilizan. Imperdible: además de recorrer la hermosa ciudad, visitar el Blue City Shoping Mall, ultramoderno, cubierto totalmente por una malla de cristal y alumnio a manera de manta elástica.

Cena tradicional: un Placki ziemniaczane. Una especie de tortilla o panqueque de papa rallada, cerdo estofado con hongos y chucrut y de postre un Pavlova. Como novedad: Helado en rollo. Encontramos muchos puestos callejeros que vendían el helado hecho a la plancha y enrollado, algo que se puso de moda en todo el mundo, pero nosotros lo encontramos por primera vez en las calles de Varsovia y no paramos de verlo.

Fin del viaje. (Plano de la Ruta de Viaje al final de las fotos.)