BLOG DE VIAJES 3

De Ginebra, Suiza a Insbruck, Austria

Recorrida por el este y norte de Suiza y este de Austria

CARACTERISTICAS Es una de las zonas más preciosas de Suiza. Caminos muy transitados. Ciudades pequeñas y muy turísticas. Cultura seria y rigurosa. Paisajes inolvidables de alta montaña.

HISTORIA Arquitectura tradicional alpina

CLIMA Ideal todo en otoño y primavera o verano. Desaconsejable durante el invierno por sus bajas temperaturas.

COMIDAS TÍPICAS Quesos y embutidos en todas las variedades. Vinos blancos y tintos. Cervezas. Racletes y fondiú. Pastelería exquisita. Chocolatería y golosinas

RECOMENDACIONES Durante el clima estival, las rutas suelen permanecer muy  congestionadas. En cada localidad, visitar la Oficina de Turismo local. El GPS es óptimo, pero nada se iguala a los planos a escala. Con el GPS marcar tramos cortos y reprogramar al próximo destino. Escuchar por radio, las estaciones locales, familiarizándose con el idioma. Llevar equipo para picnic. Las paradas en la ruta son necesarias y existen excelentes lugares. Los suizos hacen de los pic-nic una cultura saludable. Puntualidad absoluta. Orden y limpieza hasta en las carreteras más altas e inhóspitas

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

GINEBRA

(con vivencias en otro recorrido, en el Blog 18)

Desde el Aeropuerto suizo de Ginebra, realizar los trámites de alquiler de un auto con kilometraje Liberado y tomar Ruta hacia Annecy. Autopista N201 Frontera Suiza - Francia Llegar a destino, aproximadamente 34 Km.

ANNECY

Particularmente es la ciudad que más amo en el mundo. Es la elegida entre cientos conocidas. Para mí, no existe lugar más hermoso, ya que reúne todo aquello que me gusta.

Annecy tiene el encanto de ser una localidad pequeña con un centro histórico medieval, compuesto por intrincadas callejuelas repletas de negocios, bares, comedores y plazas. Está surcada por un río, donde los patos, gansos y cisnes nadan despreocupadamente.

Toda la ciudad está plagada de plantas y flores de múltiples colores, sabiamente ordenadas y atendidas y la ciudadela se abre hacia el gran lago de límpidas aguas que espejan los Alpes y a lo lejos el Monte Blanco. En él se practican todo tipo de deportes lacustres y cientos de veleros y barcos de turismo, arriman al pequeño puerto. Bordeando el lago hacia el norte y en medio de parques floreados, se yergue el palacio Hotel L’Imperial Palace.

La visitamos tres veces y me alojé en distintos lugares, según los tiempos y presupuestos. “Hotel L’Imperial Palace” (5 estrellas superior) magnífico por donde lo mires, uno de los hoteles más ampulosos y lujosos que viví, con casino incorporado y un parque principesco (aunque el interior, está decorado con muebles ultramodernos que desentonan con la arquitectura). “Hotel Adonis” (2 estrellas) simple, pero ubicado en medio de la ciudadela vieja. “Hotel Du Roselet” (3 estrellas) a las afuera de la localidad, pero frente al Lago.

Dejando la ciudad de Annecy y al marchar hacia el sur, se puede tomar dos caminos, ambos hermosos y bordeando el lago, hasta Faverges.

Consejo personal: Según el horario al viajar, nunca hacerlo con el sol de frente o lateral espejándose en el Lago, porque encandila y la bruma no permite ver el paisaje de la orilla opuesta. De tal modo, elegir una u otra orilla.

En Fraverges continuar hasta Ugine. Tomar la “Ruta de los Grandes Alpes” hasta la frontera con Suiza. El camino es intenso, en subida permanentemente y ascendiendo a las más altas cumbres de Europa (2.409 m). Pero sin peligro alguno, resultan altamente emocionantes y bellos sus entornos.

Pasar por Flumet, Praz, Megeve y el hermosísimo valle de Sallanches. St. Gervais, Servoz y Camonix, con las impresionantes vistas del Monte Blanco, el pico más alto de Europa con 4.807 m.

En Chamonix, donde se realizan anualmente los festivales de Jazz, de Organos y otros cinco relacionados con los deportes invernales, conviene detenerse y tomar un aperitivo o un chocolate (aunque no haga frío) con alguna de las tradicionales masas con crema.

Continuando la ruta en pausado descenso, detenerse unos minutos al pie de los glaciales del Monte Blanco y tomar agua fresca de las múltiples mini cascadas de deshielo en Argentiere, a la vera del camino. Pasar la frontera Francia – Suiza y después de varias curvas del camino llegar a Martigny. Desde allí desviar hacia el norte, transitando una serie de ciudades con paisajes inolvidables. St Maurice, Monthey y Aigle.

En Aige tomar ruta 11 hacia las altas montañas y descansar unos minutos en Les Mosses, para tomar un café y aliento, ya que los lugares son altos y muy bellos, con nieve, aún en verano. Paulatinamente se desciende hasta Chatead D’Oex y desde allí al destino.

GRUYERE

Fuimos dos veces a esta hermosísima pequeña población, archifamosa por sus quesos de renombre mundial. En las dos oportunidades nos alojamos en el mismo hotel (no existen muchos, apenas dos o tres) “Hotel de la Ville” (3 estrellas) y aunque habían cambiado de dueños, nos alojamos en la misma habitación, la 3, sobre la calle.

En uno de los viajes, tuvimos la suerte de llegar justo el Día de San Juan (25 de junio) y asistimos a una fiesta inolvidable, con gente disfrazada a la usanza medieval, tomando cerveza y platos típicos con mucho queso, además música, juegos y diversión. Al día siguiente y muy temprono, típico de los suizos, no quedaba ni un papelito, ni basura, ni puestos ornamentales, en el piso de las calles y plazas.

El entorno es una bella postal y está dominado por un vetusto castillo con un impecable jardín multicolor, donde se realizan muestras de Arte Fantástico. Por supuesto la comida obligada es la Raclete con papines y picles y de postre, merengues con crema Gruyere. Dos copas de vino blanco seco, helado y exquisito. A la noche, probar el vino dulce del lugar…otra maravilla.

Dejando Gruyere, retomar el mismo camino de llegada y pasar por Chatead D’Oex y Saanen. Desde allí y muy cercano:

GSTAAD

Pequeña y maravillosa ciudad, famosa en todo el mundo por el turismo del jeet-set internacional, donde descansan los más ricos y famosos personajes. Es un lujo estacionar al lado de los autos más caros y espectaculares, pasear por sus calles, mirando vidrieras y sin comprar nada.

Un café, o dos, se puede tomar sin gastar demasiado y sentirse vecino y amigo de un jeque árabe o un multimillonario banquero londinense.

Regresar a Saanen y continuando por la Ruta 11, plagado de bellezas, pasando Weisimmen, Boltinger, Latterbach y Spiez, frente al Lago Thuner. De allí al destino.

INTERLAKEN

Es una ciudad muy bonita y pujante, en medio de dos lagos (entre lagos) el Thuner y el Brienzer, con mucha vida nocturna y repleta de turistas. Tres veces pasé por el lugar, pero sólo nos alojamos una vez, en el “Hotel Bernerhof” (3 estrellas). La excursión ideal es remontar la montaña y llegar a:

GRINDELWALD

Hermosa población casi rural, con una arquitectura pareja de casas construidas con bases de piedra, muros revestidos de madera entablonada y techos a dos aguas, con muchas flores en sus balcones de todos los colores posibles, rivalizando una con otras.

El paisaje bucólico con vacas pastando y los Alpes nevados al fondo, nos transporta inmediatamente a las aventuras de Heidi. Desde aquí, se puede tomar un funicular y ascender al Jungfraujoch de 3454 m de altura.

En 1969 se filmó en las estribaciones del Piz Gloria, varias escenas de la estupenda película “Al servicio secreto de su Majestad” (“On her Majesty’s Secret Service”) del famoso 007, James Bond, interpretado por George Lazemby

Desde Interlaken tomar la Ruta 11 Hasta Briez, bordeando el Lago Brienzer. Desviar a Ruta 4 hasta Lucerna, pasando por Giswil, Sarnen y otras pequeñas localidades, todas en medio de altas montañas, con cascadas, hielos eternos, bosques de pino, flores, pastos verdes, vacas, túneles y cientos de postales maravillosas. Llegada a destino.

LUCERNA

Ciudad muy importante de Suiza, cosmopolita, alegre y bulliciosa.  Se recuesta sobre el Lago de los Cuatro Cantones, con un puente peatonal muy típico, denominado “Puente de la Capilla”. Por ser universitaria, resulta muy alegre su gente y está plagado de bares y comedores accesibles, frecuentados por estudiantes. Es la más turística del país. Existen varios lugares para el paseo y cuatro museos para visitar. 

Recomiendo alojarse en el “Hotel National” (5 estrellas) con precios muy convenientes en ese momento. Totalmente opuesto, en otra oportunidad nos alojamos en un Hotel de Estudiantes (1 estrella), con baño compartido, porque no conseguimos lugar en ningún hotel.

Como regla de oro del viajero, siempre adaptarse a las posibilidades y nunca pretender abstenerse de contrariedades y problemas. Todo debe ser subsanado con optimismo, gracia e inteligente desdén.

Desde Lucerna, salir temprano para tomar una de las dos rutas que bordean el Lago. La del norte es algo más larga, pero estimo que por el horario resulta la más bella, aunque ambas presentan paisajes hermosos. Pasar por Schwyz y llegar a Altdorf.

Estas son tierras del legendario Guillermo Tell, padre de la patria suiza y en la plaza central de Altdorf, a la vera de la ruta, nos sorprenderá un notable monumento al héroe, con un mural adosado a la torre de la Municipalidad local.

Girar a la izquierda y tomar la denominada “Ruta Klaussen”, una de las más altas y hermosas de Suiza. En una serie de curvas y contracurvas, se divisa un paisaje extraordinario, hasta llegar al paso Klaussen de 2764 m de altura.

Si bien la ruta es muy alta, no ofrece ningún peligro su recorrido ya que no existen precipicios tenebrosos. Como anécdota y para afirmar la limpieza de los suizos, en plena montaña y en altitudes extremas, un camión limpiador, barría las bordes de la ruta, con tanta fricción como en plena ciudad.

Descendiendo paulatinamente se pasa por Linthal y Braunwald, y viendo hermosos parajes se llega a Glarus y posteriormente Näfels, cambiando totalmente el paisaje, ya que esa zona es bastante llana. Se gira a la derecha rumbo a Sargans, bordeando el Lago Wallense.

Posteriormente se ingresa a la frontera de Suiza - Lietchestein y se atraviesa el país en menos de una hora, transitando por la Autopista E43. Por ser un país distinto, se puede parar en alguna localidad de la ruta y comprar algún recuerdo.

La Autopista cruza la frontera Lietchestein – Austria y aunque el idioma es indescifrable, las señalizaciones son muy buenas y permiten viajar cómodamente, disfrutando del paisaje muy hermoso, por cierto. Se atraviesan muchos túneles, de los cuales el Aribergtunner es de 13,5km de largo y al cabo de cuatro horas aproximadamente se llega a destino.

INSBRUCK

Fin del recorrido.

(Se continúa el viaje, opcionalmente, en el Blog 8. De Insbruck a  Zurich)